Descripción |
Pañuelo de batista con reserva central lobulada. Presenta un bordado erudito y calado en el ángulo inferior izquierdo con ramo e inscripción "ANTONIA" dentro de filacteria. Remate de encaje a la aguja.
El pañuelo fue un complemento indispensable de la indumentaria femenina del siglo XIX. En muchos retratos de la época, tanto en pintura como fotografía, se observa cómo las damas lo sostienen delicadamente en una de sus manos, o bien lo colocan sobre la falda como símbolo de virtud y respetabilidad. Sus materiales, decoraciones y aplicaciones, como los bordados o los encajes, se convirtieron en elementos de distinción y estatus social. Existían diferentes tipos de pañuelos adaptados a las múltiples actividades de la mujer, los más sencillos se empleaban para los actos del día, reservando los más exclusivos para ceremonias, fiestas o bailes.
Al igual que el abanico, otro de los complementos románticos por excelencia, se convirtió en un objeto idóneo para el cortejo. De esta forma, las jóvenes dejaban caer el pañuelo descuidadamente para llamar la atención del pretendiente, favoreciendo así el dialogo y el encuentro.
(Catalogación: Mercedes Rodríguez Collado, 2022)
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